Un hombre, a quien se le detectó el virus en 1995, se sometió a un trasplante de médula de un donante inmune en el 2007 y los estudios demostraron que ya no tiene el agente patógeno en su organismo
Tim Brown, un hombre que padecía el virus del sida desde
1995 y luego, por padecer también leucemia recibió un trasplante de médula ósea
en 2007, no recibió tratamiento antirretroviral desde ese momento y tuvo el
virus detectable en la sangre.
“En otras palabras, está curado”, afirmó Françoise
Barré-Sinoussi, premio Nobel de Medicina por el descubrimiento del VIH y
presidenta de la
Sociedad Internacional del Sida, en un artículo que publicó
el jueves en la revista Nature.
Los médicos y especialistas lo conocen como “el paciente de
Berlín” y su caso abre las puertas ante una eventual cura contra el virus que
afecta a miles de personas en todo el mundo.
La cura de Brown se explica ya que la médula que recibió
para tratar la leucemia procedía de una persona inmune al VIH. Esta inmunidad
se debía a que las células del donante tenían defectuoso el gen de la proteína
CCR5, que el VIH utiliza para entrar en células del sistema inmunitario. Así,
cuando las células del donante repoblaron la sangre de Brown, el virus se
encontró con que ya no tenía puerta de entrada a las células.
“Es el primer caso de un paciente curado del sida”, explica
Javier Martínez-Picado, investigador del laboratorio español IrsiCaixa. El
trasplante de médula ósea con el gen CCR5 defectuoso “no se puede aplicar a
todas las personas porque es una técnica costosa y arriesgada y porque no
habría suficientes donantes”, advierte Martínez-Picado. Pero demuestra que
curar el sida no es imposible.
Este caso funcionó como estímulo para Martínez-Picado y
otros 35 científicos de 10 países y por ese motivo crearon hace dos años un
grupo de trabajo en busca de tratamientos para curar el sida y que sean
aplicables a gran escala. La iniciativa está auspiciada por la Sociedad Internacional
del Sida, la principal organización de profesionales del sida del mundo. Los
expertos presentarán el resultado de los dos primeros años de trabajo del grupo
en la
Conferencia Internacional del Sida que se está realizando en
Washington.
En estos momentos, los fármacos antirretrovirales consiguen
que el virus sea indetectable en la sangre por años. Pero el tratamiento es
costoso, tiene efectos secundarios, no llega a todos los portadores y, si se
interrumpe, permite que el virus vuelva a proliferar. Y por cada persona que
inicia este tratamiento, dos contraen el VIH.
Para la Sociedad Internacional del Sida es prioritario
descubrir cómo y dónde se esconde el virus en el organismo cuando los fármacos
lo eliminan de la sangre. A partir de ahí, se podría hacer salir el virus de
sus escondites y erradicarlo. Otra línea de trabajo es justamente estudiar los
autotrasplantes de médula ósea para portadores del VIH. Si se inactiva el gen
de la proteína CCR5 con terapia génica antes de volver a implantar la médula,
en teoría se podría conseguir una curación como la del paciente de Berlín y
evitar el problema de la escasez de donantes. Esta estrategia ya se empezó a
ensayar en un reducido número de voluntarios. Los científicos también buscan
descubrir cómo una minoría de personas –los llamados controladores de élite,
que representan el 1% de la población – consigue mantener el virus a raya pese
a no tomar fármacos. Esta información podría ser útil para estimular el sistema
inmunitario del resto de los pacientes.
Por todos estos avances, varios expertos reunidos en
Washington aseguraron que estaría cerca el fin del sida. Los investigadores son
conscientes de que el camino será largo y que demandará mucho dinero.
::Infobae
No hay comentarios:
Publicar un comentario