Esta semana, en el Axel Hotel de San Telmo, se realizó el primer desfile de bodas en la Argentina para parejas del mismo sexo. El evento contó con la presencia de parejas gay que a lo largo de la noche, entre tragos, plumas de drag queens y la música que disparaba desde sus bateas el DJ italiano Corrie, observaban las propuestas que diseñadores como Daniel Casalnovo y Victoria de la Canal entre otros propusieron para sus posibles futuros casamientos.
Todo bajo la batuta de Laetitia Orsetti. Nacida en Texas hace 32 años, hace once que vive en Argentina, dirige Fabulous Weddings y se convirtió en la wedding planer por excelencia del mercado gay. “Las parejas gay saben lo que quieren, tienen muy buen gusto y, como son muy meticulosos, apuntan a marcas caras, como Gucci o Hermès; por eso gastan más, no hay techo”.
Sin embargo, agregó que en casos de presupuestos no tan altos, las fiestas son igualmente glamorosas porque las parejas con las que trabajan siempre cuentan con mucha creatividad. Sin bien Orsetti cuenta que comenzó con el proyecto hace poco más de un año –el mismo día que se sancionó la Ley de Matrimonio Igualitario– el gran éxito del emprendimiento hizo que hoy ya esté planeando la publicación de una revista que anticipe las tendencias en este tipo de eventos.
En el backstage del desfile, los modelos –hombres y mujeres– se probaban sus trajes.
La pasarela recibió a novias con novias y novios con novios. “La verdad es que cuando me propusieron vestir a los hombres en este desfile, al principio lo dudé, tenía miedo de que pensaran que no visto a heterosexuales; pero después me di cuenta de que era prejuicio”, contó el diseñador Daniel Casalnovo. “No hay un parámetro claro en la vestimenta. Me tocaron parejas homosexuales muy clásicas y heterosexuales que son hipervanguardistas. Por ejemplo, yo visto muchos jugadores de fútbol hetero que quieren tirarse todo encima”, comentó el diseñador que ya lleva confeccionados 32 trajes de novios homosexuales y agregó que lo máximo que hasta el momento gastó una pareja de hombres en su atelier fueron $ 12 mil por el alquiler de dos fracs.
Las alianzas son otro tema fundamental. Mauricio Passerini, un diseñador de joyas argentino que estudió este arte en el sur de Italia, explicó que el diseño es completamente diferente a la hora de fabricar un par de anillos para dos hombres. “Hice un juego para una pareja de Mendoza, estaban hechos de platino y brillantes negros y costaron US$ 3500 el par, hasta ahora los más caros que vendí”, rememoró Passerini. Más allá de la vestimenta y las alianzas, las cupcakes –magdalena yanqui– se convirtieron en el producto más demandado en fiestas y eventos gay. En el desfile, todos preguntaban por el servicio. Pero su tamaño no es sinónimo de bajo costo. Cada una vale $ 18, pero si le sumamos el personalizado –como las iniciales de los novios en azúcar– ya se elevan hasta los $ 21.
El evento dejó claro que se está frente a un mercado en crecimiento que, si bien cuenta con propuestas y marcas muy fuertes, todavía sigue conservando lugares inexplorados que, por lo visto, prometen buenos dividendos.
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